Siendo un bebé, Jan es abandonado en un hospicio porque sus padres no le pueden mantener. Así empieza la historia de una leyenda, de un héroe, de un mito, de un solemne gilipollas. Con una madrastra pilingui, un perro que juega al parchís como mejor amigo y un tremendo problema de olor a pies, Jan afronta los obstáculos de la vida para intentar conseguir su gran objetivo: ser agente secreto. Resulta imposible no soltar una carcajada con esta disparatada historia contada con el singular humor de Ino Pagès.