Como escritor, Paradero desconocido de Taylor Kressmann es un excelente ejemplo de las posibilidades narrativas que ofrece el formato epistolar. La novela se desarrolla a través de cartas intercambiadas entre dos amigos, uno judío y otro alemán, en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. La narración epistolar permite que la historia avance de manera íntima y personal, ya que te adentras en los pensamientos y emociones más profundos de los personajes a través de sus palabras escritas.
Una de las principales virtudes de este estilo es cómo el formato de cartas genera una tensión gradual y creciente. Al ser testigo de un intercambio directo y sin narradores externos, te conviertes en cómplice de los cambios en la relación entre los personajes, sintiendo cómo se distancian emocionalmente a medida que los eventos políticos toman fuerza. Además, la brevedad y el ritmo del formato epistolar crean una sensación de inmediatez que atrapa desde las primeras páginas.
En resumen, Paradero desconocido demuestra cómo la narración epistolar puede intensificar la intimidad y el suspenso, ofreciendo una estructura que permite explorar el cambio emocional de los personajes con gran sutileza y efectividad.